domingo, 24 de octubre de 2010

Ven conmigo

Ven conmigo a la sombra, al amparo de la oscuridad. Ven conmigo al otro lado, donde la falsa sentencia del puro, llamada luz, no más que hipócrita reprensión, no puede alcanzarnos. Ven conmigo donde el frío no es punzante, donde las tinieblas no son algo enfermizo, donde lo enfermizo no es habitual. Ven conmigo donde el amanecer no es favor divino, si no punición de cólera fanáticamente santificada. Donde la ira del iluminado no es limpieza sagrada.
Donde las sombras enfurecidas no son un abrazo demoníaco, si no una mera ilusión creada por el miedo a aceptar la verdad.
El ocaso no es la semilla de la corrupción ni el abrazo de la muerte, si no el inicio de la reparación que ha causado el señuelo de la inocencia.
Ven conmigo, sal de la luz, ven a donde pueda verte de verdad.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Días que no quiero recordar

Día uno después de la esperada tragedia

Dolor
Lo poco que me quedaba para luchar me ha sido arrebatado hoy, fatídico día cuya fecha no querré recordar cuando esto vuelva a ser leído con pesar. Sé que algún día miraré esto con otros ojos, ajeno a esto, exteriorizado ya de esto. 
Pero, ahora cuando lo leas, por favor, siéntente diferente a como me siento yo ahora, porque no deseo que esto vuelva a pasar. Tengo ganas de gritar, de gritarle al mundo quién soy, cómo soy y de donde vengo, para que el mundo me escuche y me mire, para que este mundo infectado al que no tengo más remedio que vivir, me conozca. Quiero que el mundo sepa quién soy, pero, ¿cómo va el mundo, un mundo grande, centrado en el egoísmo y la avaricia, a saber quién soy, si ni yo mismo lo sé?
Aún no sé quién soy, y tal vez tenga tiempo para descubrirlo, y tal vez no. Las lágrimas en mi rostro se han secado, pero sé que habrá más llanto y que, aunque el dolor se seque, va a dejar marca como todo el dolor que he sentido a lo largo de mi vida. Esta vez no voy a permitir que el dolor siga dentro de mí, voy a trasladar la marca aquí, donde puedo expresar el dolor, donde una vez lo lea podré volver a sentirlo, donde dejo olvidada una parte de mí que siempre conoceré pero que no va a estar presente. Sé que, a pesar de todo el odio, ira, rabia y frustración que sienta, el mundo seguirá girando sin mí.
Con el tiempo espero aprender a girar a mi son, a que mi mundo gire independientemente del mundo exterior.
Espero aprender a crear una coraza que me ayude a protegerme de todos los sentimientos que actualmente hay dentro de mí.
Espero que, cuando vuelva a leer esto, la coraza me ayude a proteger mi frágil mundo para que sea un lugar que no esté eternamente rodeado de la inevitable oscuridad.
Lágrimas de plata

Día dos después de la esperada tragedia

Heridas Cicatrices
Mañana lluviosa, día gris. Las pesadillas Los sueños se confunden con la realidad, dura realidad, del día anterior. Los recuerdos siguen presentes como algo ya lejano, pero el dolor sigue ahí.
Una vez lo veo fríamente, desde otra situación completamente diferente, no lo veo con otros ojos, ojos ya no anegados de lágrimas. Intento olvidarme de todo, pero la palabra culpa me sigue quemando ojos y alma, como cinco agujas que no dejan de pinchar dentro de mí. Y sigo sin saber de qué soy acusado, pero me sigo sintiendo culpable por el sencillo hecho de que una de las personas que más quiero quería en este mundo me ha dicho lo que, a pesar que intento no recordar, sigue ahí, ardiendo.
Las nubes aún están en el cielo, indecisas.
Y mi cielo sigue nublado, incluso después de la tormenta, y ya sé que, esta calma, maldita y amenazante, va a preceder a otra tempestad.
Pero estaré esperando la tempestad, preparado para luchar otra vez, y las veces que haga falta. No me voy a rendir, jamás.
Aún te quiero.