jueves, 19 de agosto de 2010

Un día en este mundo

-Sí ¿y qué? Vivimos en un mundo de apariencias. Donde la elegancia es la incomodidad. Donde la incomodidad no es elegante si no guarda los modales. Donde la realidad es brutal e indeseada. Donde vivir sin problemas es una ilusión. Donde vivir en un sueño, en una ilusión es vivir apartado del resto. Donde la imaginación es secretamente hostigada y corregida, tildada de inmoral. Todo es un sueño, pero el sueño sólo forma parte de un todo.
>> Un día, un amigo mío me dijo que él vivía tonto, pero feliz. Y eso me hizo pensar. ¿Es ése el mejor estilo de vida? Este mundo es incorregible, intachable. No hay nada que podamos hacer para cambiarlo, aunque nos hagan creer lo contrario para que tengamos la chispa rebelde que irónicamente evita la rebelión haciéndonos creer que seguimos siendo nosotros mismos.
>> Pero no es así. Hace tiempo que hemos renunciado a nuestra condición de igualdad, y ni nosotros mismos nos hemos dado cuenta de ello. No quiero vivir en un sueño, pero no puedo hacer nada para evitarlo, sólo olvidar que es un sueño y renunciar a la pequeña parte de mí que sigue luchando. Todos tenemos una pequeña parte que sigue luchando, aunque cada vez más ofuscada. Hay que luchar, pero la batalla está perdida. Tengo la esperanza de que esta derrota sirva de ejemplo para más victorias. Seremos silenciados, castigados y ocultados al resto de soñadores, pero justo en ése momento habremos recordado para qué fuimos creados.
-¿Sabes? No tengo ni idea del rollo que te acabas de pegar. Pero podemos seguir siendo amigos. ¿Vamos a jugar a fútbol?
-Vale.

No hay comentarios: